El barril de crudo Brent, de referencia en Europa, superó este martes el umbral de los 80 dólares, impulsado por la recuperación económica mundial, al calor del avance de la vacunación contra la COVID-19. De igual forma, aunque con una cotización menor, el West Texas (WTI), de referencia en Estados Unidos, continúa con su racha alcista y abrió este lunes con un alza del 0.40%, hasta situarse en 75.75 dólares.
Hacía casi tres años que un barril de petróleo no alcanzaba la cuota de los 80 dólares, lo que aumenta el dilema sobre si el cartel de la OPEP+ debería revisar sus cuotas, recortadas durante los peores meses de la pandemia y el confinamiento, debido a que las actuales podrían no garantizar el renovado apetito global por el combustible.
Muy lejos queda ya ese abril de 2020, cuando la paralización de la economía global obligó a no pocos inversores a pagar por deshacerse de los barriles que tenía en stock y a los que no lograban dar salida.
En lo que va de 2021, el precio del barril de brent acumula una subida superior al 50%, mientras que Goldman Sachs apunta a los 90 dólares por barril como próxima meta en un horizonte nada lejano: final de año. “Aunque nuestra visión sobre el petróleo siempre ha sido alcista, el desequilibrio actual entre la oferta y la demanda es mayor de lo que habíamos previsto”, escriben sus analistas en un informe publicado este lunes, horas antes de que el brent rebasase la cota de los 80 dólares. “El repunte va a continuar”, asegura John Driscollo, de JTD Energy Services. “No veo evidencia de que haya tocado techo”.
Además de la reactivación económica, otros factores se suman a la presión alcista, como la subida del gas, que incentiva la compra de petróleo para las plantas de generación de electricidad o las compras de pánico de los británicos en las gasolineras, ante el temor a quedarse sin combustible ante la falta de camioneros de pipas.